El proceso reproductivo de las tarántulas viene siendo uno de los más sencillos en el mundo de los arácnidos, no se trata de menospreciarlas, es complejo, pero de los cortejos y cuidados de los bebés hasta ahora registrados en los arácnidos, son de los menos ceremoniosos y más prácticos.
Cabe mencionar que la siguiente información está realizada refiriéndonos a especies mexicanas nada más, ya que son las temperaturas y estaciones de México los factores que influencian en este caso.
LOS MACHOS:
El origen del huevo o de la gallina no tiene importancia si no tomamos en cuenta al gallo. Los machos de las tarántulas realmente son unos héroes desconocidos; es increíble lo que tienen que hacer para lograr lo que para ellos parece ser su único propósito: depositar el semen en la hembra.
Su peligrosa vida, llena de depredadores, comienza después de eclosionar tras estar dentro de un ovisaco con aproximadamente 800 hermanos (esta cantidad es muy variable, desde 150 hasta 1,500). Realmente es casi imposible saber a esta edad quién es macho y quién es hembra.
Sin embargo, aproximadamente a los tres años, a través de su exhubia (muda) ya es posible ver en el área del epiginio la “bolsa espermática” o “espermateca” en las hembras y la ausencia de esta en los machos; y poco más adelante y con mucha experiencia, se puede ver la diferencia del sexo a través de la actividad y carácter del animal, ¿cómo? la inquietud del macho es notoria a comparación de la placidez y tranquilidad de una hembra. Otra forma de saber su sexo, es observando en los machos, si esto es posible, unos espineretes localizados sobre el epiginio, los cuales servirán para hacer la tela espermática cuando el macho así lo requiera; estos se observan como una mancha más obscura. Tal vez al principio te será difícil encontrarlos, pero una vez que lo captes esta será la mejor forma de que determines el sexo de tu tarántula aunque sea muy pequeña.
En cuanto salen del ovisaco, las tarantulitas, presentan un comportamiento semi-social. Conviven con su mamá por un tiempo determinado que suele ser de aproximadamente tres semanas, después de ese tiempo, todas al mismo tiempo y en la mayoría de las especies mexicanas, salen en fila india hacia el exterior despidiéndose de mamá para siempre, y rompiendo cualquier vínculo que en algún tiempo existió, ya que se convierten de ahora en adelante en una posible fuente de ¡proteína! Cabe mencionar que algunas especies conviven con su madre y otros miembros de la especie por tiempos indeterminados, en algunos casos se pueden encontrar varios animales jóvenes (dos años aproximadamente) todavía conviviendo en la casa de mamá.
Una vez fuera de la protección de casa, cada tarantulita toma un camino diferente, aprovechando cada hueco posible para poder construir su nueva guarida, pero eso sí, pocas veces lejos de la zona de su nacimiento.
El género Brachypelma - el más común en México - así como el Aphonopelma, son por lo general grandes constructoras de galerías, una hembra adulta puede tener galerías de más de 1.30 mts. de profundidad, y he encontrado que tienen un área para comer y mudar, otra en la cual hay solo desechos.
En todo este trajín quedan a merced de una innumerable cantidad de enemigos al acecho de una deliciosa tarantulita, siendo estas muy prolíficas,forman parte importante en la dieta de muchos animales depredadores.
Si es que llegan a sobrevivir entre cuatro y seis años, llega el gran momento: el momento en que el macho es declarado oficialmente adulto, puesto que llega a su madurez. Después de sobrevivir cualquier cantidad de infortunios, el macho llega a lo que viene siendo su madurez sexual, y esta se presenta en su última muda.
¿Cómo saberlo? sencillo: en el primer par de patas le saldrán un par de ganchos llamados “espolones tibiales” ¡los cuales le serán muy útiles para sobrevivir a lo que viene! , y en sus pedipalpos le saldrán un par de ganchos, llamados “ganchos espermáticos” o “bulbos espermáticos” los cuales serán los contenedores de semen.
Desde jóvenes, los machos ya se mostraban muy diferentes a las hembras, son más inquietos y más esbeltos que sus gordas hermanas, y con esta última muda, realmente serán muy diferentes, pero ¿por qué insisto en su última muda? pues, eso significa que nunca más volverán a mudar, les queda aproximadamente un año más de vida, y este tiempo que les queda deberán de dedicarlo solo a la reproducción aunque la vida les cueste en el intento.
Una vez que el macho termina su proceso de muda y habiéndose secado su nuevo exoesqueleto de quitina, empezara su intensa, sexual, activa y corta vida. No cesará de moverse activamente hasta el día que muera, solo en cortas ocasiones descansa o se se detiene a comer algún bocadillo.
Un buen día decide hacer la “tela esperma”, esta tela la hace en algún lugar donde la pueda instalar de manera perpendicular, esta tela es muy peculiar la cual se produce con los espineretes del epiginio, es muy especial ya que no tiene capilaridad, ¿para qué? pues una vez terminada la tela esperma, la cual tiene la forma de la mitad de una casa de campaña, se meterá debajo de ella pero boca arriba, y con mucho cuidado depositará una gota de semen en la parte de abajo, quedará colgada con un color blancuzco, entonces el macho con mucho cuidado sale de su casa de campaña situándose en la parte superior.
Terminado esto, con mucho cuidado meterá sus “ganchos espermáticos” o “bulbos espermáticos” dentro de la gota de semen absorbiendo este dentro de los ganchos en una acción de movimiento de adentro hacia afuera lentamente y con mucho cuidado, hasta que no queda rastro de ese semen, después de esto, misteriosamente (porque nadie sabe por qué) se encargará de destruir esta tela y es aquí donde empieza su gran travesía.
El macho, cargado de semen, sale de su galería para nunca volver. Comienza un viaje con una impresionante carga de actividad, es por eso que los machos son delgados, ¿cómo podrían sobrevivir ante tantas penurias si fueran igual de panzonas que sus hermanas? se suben, se caen, corren todo el día de un lugar para otro en una frenética carrera para fertilizar a tantas hembras de su especie se encuentre en el camino descansando pocas veces al día. En algunas ocasiones se para a comer algún animalillo que se les atraviese, pero les aseguro que pocas veces se lo termina, ya que le entra la prisa y dejan casi la mitad, olvidándose de su presa.
En la mayoría de los casos en mi criadero, los machos tienen la libertad de andar por todos lados dentro de las instalaciones para que de esta manera no se lastimen dentro de los contenedores.
Una vez que están frente a la guarida de una hembra, se cree que detectan feromonas muy particulares de la especie, probablemente dándole información específica sobre si son de la misma especie, si es una hembra adulta o joven o tal vez si es un macho en proceso de maduración, realmente están son solo especulaciones ya que no se ha podido estudiar esto a fondo, pero el comportamiento diferente de los machos frente a una hembra fértil y lista para ser fertilizada es muy evidente. Mientras que en algunas ocasiones sale corriendo despavorido al encontrar una guarida, cuando encuentra una que sea de una posible novia, es muy evidente su cambio de reacción. Es aquí donde empieza lo que se conoce como galanteo.
El macho empieza a realizar unas vibraciones muy especiales, y después de eso realiza un pataleo, que probablemente sean característicos e individuales para cada especie.
En la mayoría de las especies, la hembra inmediatamente responde a este pataleo con otro muy parecido, a lo cual el macho vuelve a responder, y esta acción se repite unas 4 veces cuando mucho, ya para esto la hembra poco a poco ha ido saliendo de su guarida y el epiginio se nota inflamado, aunque en ocasiones el macho entra a la guarida y con mucho cuidado saca a la hembra al descubierto.
Cópula Haplopelma lividum
Tenemos que recordar que el propósito del macho es la cópula y el de la hembra está indeciso.
Es aquí donde entran los muy útiles espolones tibiales, ya que cuando la hembra está casi afuera de su guarida, empieza un toqueteo y el macho se acerca con mucha cautela y con mucho cuidado y muy atinadamente, engancha con sus espolones tibiales los queliceros de la hembra, dejando a la hembra incapacitada de cambiar de opinión. Una vez sujetos los quelíceros, el macho procede a hacer lo que se llama movimientos de boxeo; con sus pedipalpos debajo del prosoma de la hembra, comienza un boxeo golpeándole esta parte inferior a la hembra, mientras que de vez en cuando sigue haciendo las vibraciones que tanto hipnotizan.
Enganche y boxeo
Inserción
Cuando el macho cree que la hembra está totalmente lista, procede a estirar sus pedipalpos para llegar a la abertura del epiginio de la hembra con sus ganchos espermáticos enganchándola y de esta manera introducir el semen dentro de la espermateca, lo cual es muy evidente puesto que el macho con su gancho dentro del epiginio jala hacia el, doblando a la hembra por la mitad e inoculando el semen.
Es probable que esta acción se repita con el otro pedipalpo y si las cosas van muy bien, probablemente repita la acción varias veces. Una vez que el macho siente que tiene que retirarse, saca sus pedipalpos de debajo de la hembra y procede a la retirada, estirándose hacia atrás sin soltar los colmillos de la hembra todavía, cuando siente que su salida es más segura, procede a desengancharse y ¡a correr! No debemos olvidar, que en ese momento podría ser una fuente de proteínas para los próximos bebés. En mi experiencia he notado que cuantas más hembras fertiliza, más experiencia va adquiriendo y en muchas ocasiones el macho casi ya ni se molesta en hacer todo el cortejo, en algunas ocasiones considero que hasta se comete ¡violación!
En cautiverio, debemos de considerar al contenedor como el refugio de la hembra, y en base a eso acercar al macho a este y dejar que su naturaleza actúe, pero siempre tenemos que estar la pendiente con algún objeto largo para poder separar a una hembra no receptiva de un intento de alimentarse de nuestro macho, y en caso de que se realice el proceso completo de copula, tendremos que estar listo al momento de la huida del macho asistiéndole en su corrida y con cuidado de que no se vaya a caer y lastimar, ya que normalmente salen con bastante prisa.
Esto es en sí, una aproximación del interesante ritual de cópula, ahora procederemos a analizar los cuidados posteriores en cautiverio.
Siempre recomiendo solo usar al macho con una hembra una vez al día. He tenido nefastas experiencias haciendo esto dos o más veces al día. En lo que respecta a las hembras, recomiendo mínimo dos encuentros con machos, para poder asegurar la introducción del esperma. Si acaso vemos el más mínimo intento de huida del macho al sentir a la hembra, siempre deberemos de retirarlo inmediatamente, muchos factores pueden determinar que el momento no es el adecuado, y una cópula forzada no llevara un buen resultado. En promedio, se requieren cinco cópulas para que el macho realice otra vez el proceso de la producción de la tela esperma.
Paciencia es la palabra que más debemos usar en estos procesos.
La madurez sexual de una hembra es más prolongada que la del macho, realizándose esta desde los ocho a los 10 años. Por lo que tenemos que tener mucho cuidado, si la hembra no es receptiva con el macho, es muy probable que no haya llegado a su madurez sexual y ¡solo piense en comida al ver al galán frente a ella!
Las hembras se distinguen por tener claramente más grande el opistosoma y de un carácter mucho más pasivo y tranquilo que los machos, sin embargo no en todos los casos es mayor que el macho, probablemente, según su régimen alimenticio el macho es más grande que las hembras de su especie y con esto teniendo la ventaja de la fuerza.
Ovisacos
En México las tarántulas normalmente realizan su ovisaco en los meses de marzo a abril, para que los bebés nazcan sabiamente en el comienzo de tiempo de lluvias, y de esta manera se asegura mucho alimento cuando empiecen a ser independientes. Una vez que la hembra decidió hacer su ovisaco, empezará por instalar una cama inmaculadamente blanca, la cual la realizará con sus espineretes con mucha paciencia y tranquilidad.
Brachypelma auratum que recién desovó
y puso la capa superior de tela.
Ovisaco de Brachypelma auratum
Aplican tal cantidad de capa de seda, que el piso queda totalmente invisible dado al espesor de esas capas. Una vez terminada esta etapa, procederá a acomodarse con la apertura del epiginio exactamente al centro de este piso, y procediendo a desovar sus huevos saliendo a través de su bolsa espermática y después pasando por el surco epigástrico, así automáticamente van quedando fertilizados dado que si recordamos, el semen estaba depositado dentro de esta bolsa. Dependiendo de la especie, la hembra podrá poner de veinte hasta 1,500 huevos, lo que supone una diferencia en tiempo de ovoposición de especie a especie. En cuanto termina de ovopositar se pueden observar los huevos como una hermosa sopa de municiones de pasta. Inmediatamente después de esto, la hembra procederá a cubrirlos con tela salida de sus espineretes de una manera extremadamente delicada, y poco a poco serán cubiertos hasta que dejan de ser visibles. Podemos pensar que ahora el ovisaco tiene una forma de una pequeña tortilla inflada. La tarántula empezará a jalar las orillas previamente fijadas en las paredes de su guarida para después unirlas y formar una bola llamada ovisaco, lo cual ya lo hace totalmente transportable. En algunas especies de tarántulas africanas, dejarán el ovisaco pegado y ahí procederá a sus cuidados. En las especies de tarántulas con pelos urticantes, procuraran llenar la última capa de tela con estos para evitar a algunos enemigos.
Brachypelma smithi desovando
Huevos de Brachypelma smithi
En el tiempo que esté cuidando sus bebés, ella moverá y masajeara el ovisaco; creemos que hacen esto para evitar que queden aplastados formando una gran plasta con los de la parte inferior. En caso de que no se movieran bien, se formará una gran plasta y los huevos muertos atraerán bacterias y ácaros echando a perder todo el ovisaco, es por esto que es tan importante el movimiento de rotación del ovisaco así como un muy leve masaje.
Video de Brachypelma smithi elaborando ovisaco y desovando
Después, en los meses de junio o julio empezarán a nacer los bebés, los cuales se abrirán paso a través de las interminables capas de seda. Una vez fuera los bebés, permanecen juntos por algún tiempo con la todavía tolerable madre, mientras se considera que absorben por completo la yema que todavía contienen. Después de esto, optarán por salir de la guarida y empezar su vida independiente, en algunas ocasiones se puede observar que la partida la hacen todos los bebés en línea recta siguiendo el trazo de tela que todas van dejando, y así se empiezan a separar a hacer una vida independiente. En algunas especies existe un cierto comportamiento gregario en el cual se toleran entre los bebés y la madre por más tiempo dentro de la guarida. Existen algunos casos como me comentó Rick West, que encontró bebés de Theraphosa blondie de diferentes generaciones compartiendo la misma casa. Pero no siempre es así, en algunos casos existe un porcentaje de canibalismo muy alto, inclusive hasta dentro del ovisaco algunas especies se pueden comer entre ellas. Algunos especialistas han comentado que esto da bebés más grandes y mejor desarrollados, pero en observaciones personales, efectivamente los que practicaron el canibalismo empiezan a ser más grandes que sus hermanos, pero en algunos meses se emparejan, no observando una ventaja real en esto. En los casos de las tarántulas arborícolas es más común un comportamiento gregario que en las terrestres.